lunes, 21 de enero de 2013

Tengo una Pregunta para Vos: la memoria del tango

Se suele decir que los argentinos no tienen memoria. Pero eso lo he escuchado en todos los países en los que he estado (y son muchos).

Pero algunas personas creen que sin memoria, no hay futuro, y ponen en práctica lo que piensan en la teoría. Pasa con los historiadores. Y con proyectos en apariencia más humilde, pero que saben rescatar la memoria de la cultura colectiva. 

Pepa Palazón
Fuentes Fernández Fotografias
Es el caso del programa Tengo una Pregunta para Vos, ideado y coordinado por la española Pepa Palazón.

Pepa llegó a Argentina porque se enamoró del tango, y se quedó. Su cuartel general era el Club Social y Deportivo Villa Malcolm, en el barrio de Villa Crespo. Los lunes se organiza allí la práctica El Motivo (de la que fui asidua asistente allá por los años 2006 y 2007). Muy pronto, las organizadoras le pidieron sumarse al equipo para dinamizar la práctica. Aceptó, y se convirtió en una referente de las milongas porteñas.

En julio de 2012, abrió su propio espacio, Viva la Pepa, siempre en Villa Malcolm, los domingos por la noche, como "previa" a La Viruta, a la que se suele acudir bastante tarde, después de la 1 de la mañana.

La idea del programa Tengo una Pregunta para Vos surgió a raíz de una charla que tuvo con Mariano Chicho Frúmboli en la puerta de La Viruta, luego de la publicación de su entrevista en El Tangauta. "Cuando regresaba a casa, pensé: 'Qué pena que la gente no haya podido escuchar eso!' Así que fue ahí, en ese justo momento, donde se gestó la idea de base", cuenta Pepa.

Habló entonces con unos amigos que aceptaron colaborar ad honorem en el proyecto: Ricarda, la dueña del "petit hotel tanguero" Luna Llena, que cedió el espacio, Carlos Vizzotto para las fotos y Hebe Mtz para la filmación. La entrada a las entrevistas es pública, y completamente gratuita: "Soy de las que creen que la cultura es un derecho y que debe ser accesible a todo el mundo", explica.

¿La finalidad? "Conocer un poco más de cerca a aquellos que, de una forma u otra, forman parte ya de la historia del tango, y contada en primera persona", explica. "Sentía que había un gran vacío en ese sentido. Que con el paso de los años, con suerte, tendríamos videos que nos mostrarían cómo bailaban o cómo tocaban esos grandes Maestros, pero el cómo o por qué llegaron ahí, qué pensaban o qué les movilizó o, simplemente, qué vivieron y qué aprendieron en ese largo camino, serían algunas de las cuestiones que se perderían irremediablemente".

Pepa Palazón, por supuesto, no ha sido la primera en tener la idea de rescatar la memoria de los "dinosaurios" del tango.

Hace unos seis años, Horacio "PBT" Godoy, el organizador y DJ de La Viruta, había empezado un proyecto similar. Su idea era invitar a "grandes" del tango para charlas informales y gratuitas en las que el público podía hacer preguntas. Pero no se hizo de manera sistemática.

Recuerdo una charla a la que asistí con Alberto Podestá de invitado, que sí fue grabada en audio. La desgrabación se publicó en el portal ABCTango.com (hoy en refacción, daré el enlace a esa entrevista cuando esté nuevamente activo). Ignoro si fue filmada.

El gran logro de Pepa Palazón es haber sistematizado la idea, haber archivado todo en video y haberlo puesto a disposición de la gente de manera absolutamente gratis, a través de You Tube.

El formato del programa es simple: "Durante una hora y media", explica Pepa, "la gente puede preguntar al Maestro invitado lo que quiera (siempre dentro de un marco de respeto). Yo ejerzo de conductora y/o de moderadora. Siempre tengo preparada una entrevista completa por si la gente no se anima a preguntar pero, por lo general, participan bastante... ¡por suerte! Los últimos cinco minutos los dedico a un 'Ping Pong' de preguntas que, algunas se repiten a todos los Maestros, y otras están personalizadas".

La primera personalidad entrevistada fue, justamente, Chicho. Luego siguieron Milena Plebs, Carlos Pérez y Rosa Forte, Osvaldo y Coca, y muchos más.

El segundo martes de marzo, Pepa empezará un nuevo ciclo especial de músicos de tango, que se hará hasta noviembre, y está parcialmente financiado por el Centro Cultural de España en Buenos Aires (CCEBA).

Aquí va, entonces, uno de esos videos que quedará en la historia, y que contribuye a preservar la memoria viva del tango, el programa en el que se entrevistó a Alberto Podestá, el 11 de diciembre de 2012 (con subtítulos en inglés):

jueves, 17 de enero de 2013

María Inés Bogado y Sebastián Jiménez

Foto DyN
Hoy les quiero hablar de una jovencísima pareja que es, a mi entender, una de las mejores parejas de tango de salón hoy en día: María Inés Bogado y Sebastián Jiménez.

El jurado del Campeonato Mundial 2010 no se equivocó al otorgarle el primer puesto, muy ampliamente merecido.

Ambos se conocieron en la práctica de Carlos Pérez y Rosa Forte en Sunderland, en el año 2007. Tenían apenas 14 años. Sebastián bailaba tango desde los 10. María Inés había egresado de la escuela secundaria con el título de maestra nacional de danzas folclóricas.

Los conocí en el 2008 en la práctica de Sunderland. Bailé algunas veces con ese chico alto y flaco de apenas 15 años que era el fenómeno con el cual todas las chicas de la práctica querian bailar. Me fascinaba ese adolescente callado, tímido, tan discreto y educado.

Talento, elegancia, musicalidad, belleza, juventud... María Inés y Sebastián lo tienen todo.

Me ha costado mucho elegir un video para ilustrar esta entrada, porque casi todas sus exhibiciones son impecables. Así que aquí va una pequeña selección completamente aleatoria.





lunes, 14 de enero de 2013

Carlos Pérez y Rosa Forte, maestros de Villa Urquiza

En mi última entrada hablé de Carlos Pérez y Rosa Forte, mis maestros de tango.

Durante los dos primeros años de mi vida con el tango, me formé pura y exclusivamente en La Viruta, con los profesores de La Viruta (en particular, Horacio "PBT" Godoy), milongueando en La Viruta.

Siempre he defendido a muerte a ese lugar, que me ha hecho nacer al tango, de una manera que, seguramente, otros lugares más... digamos... acartonados o... digamos... antiguos, no me habrían permitido hacer.

Yo ya no era tan joven (empecé a los 30), pero necesitaba un lugar para divertirme, pasarla bien, ver gente de mi edad, hacer sociales, sin demasiadas complicaciones. Para eso, La Viruta fue el lugar ideal.

Y tan mal no me formó, puesto que al cabo de seis meses, podía bailar más o menos decentemente, y al cabo de dos años, cuando empecé a ir a otras milongas, no me creían cuando decía que mis únicos profesores habían sido los de La Viruta.

Pero hay que reconocer que La Viruta tiene muchas limitaciones, si se quiere indagar un poco más en eso del tango, si se quiere ir a la esencia, puesto que no profesa ningún estilo en particular, o se inclina más hacia el tango nuevo, y la enseñanza está más basada en secuencias que en el sentir real del tango

Durante un año más, me aboqué a estudiar tango nuevo con diversos profesores (Gustavo Naveira y Gisele Anne, Cecilia García y Santiago Dorkas, Alejandro Larenas y Marisol Morales, Chicho Frúmboli y Juana Sepúlveda, Pablo Inza y Eugenia Padilla, Gastón Torelli y Moira Castellano...), y la pasé muy bien. 

Hasta que me di cuenta de que disfrutaba muchísimo más con el tango tradicional, con aquel abrazo perfecto que una busca todas las noches de manera desenfrenada, y sólo se puede encontrar en el abrazo cerrado.

Empecé a recorrer entonces otros profesores (Julio Balmaceda y Corina de la Rosa, Ernesto Balmaceda y Stella Báez...), hasta que finalmente, di con LA pareja que me hizo descubrir y amar el estilo que adopté ciegamente, el de Villa Urquiza (aunque ellos digan que el estilo de Villa Urquiza "no existe"): Carlos Pérez y Rosa Forte.

En Buenos Aires no tienen una clase propiamente dicha, sino una práctica, los lunes y miércoles a las 20 horas, en la sala de arriba de Sunderland.

Empezaron a bailar en los años 50, vieron bailar a los más grandes de esa época, y aprendieron de ellos. Pero dejaron de bailar unos 15 años después, para abocarse a su trabajo y a su familia. Cuando volvieron a la milonga, allá por los años 90, se habían perdido todas las evoluciones del baile, y se habían quedado con el tango de los 50.

Así fue como Carlitos y Rosa se convirtieron en los transmisores del tango más puro y más tradicional. Por su práctica y sus clases particulares han pasado casi todos los últimos campeones mundiales, como Sebastián Achaval (2006), Dante Sánchez e Inés Muzzopappa (2007), Daniel Nacucchio y Cristina Sosa (2008), Hiroshi y Kyoko Yamano (2009), Sebastián Jiménez y María Inés Bogado (2010)...

Pero mucho mejor, para hablar de ellos, es dejarles la palabra a... ellos mismos. El 6 de diciembre de 2011 participaron en el proyecto "Tengo una pregunta para vos", ideado y coordinado por Pepa Palazón, programa que les recomiendo enfáticamente, y sobre el que escribiré una entrada aparte.

Son tres videos de una media hora cada uno, que son una joya absoluta para guardar en los archivos de la memoria del tango:





martes, 8 de enero de 2013

I don't speak French

Tengo este blog casi completamente abandonado. Es que hace ya varios meses que estoy medio viviendo en París, y la verdad, las "milongas" (pongo comillas, porque son más prácticas que milongas) parisinas no son muy inspiradoras, y no salgo mucho.

Aunque la otra noche, pasó algo que merece ser contado aquí.

Fui a bailar a Le Balbutiant, una "milonga" que se organiza en el mismo lugar que Le Chantier, pero los jueves.

Una de las razones por las que me cuesta salir en París, es porque, si bien la cosa mejoró bastante en los últimos meses, los franceses siguen bastante obsesionados con eso del tango nuevo.

Y todo bien con el tango nuevo, respeto a los que lo bailan, y tengo mucha admiración por bailarines como Chicho Frúmboli o Pablo Inza, pero a mí personalmente, no me gusta bailarlo, no me gusta el abrazo abierto, no me gusta su dinámica, me siento más cómoda con un buena abrazo estilo Villa Urquiza enseñada por mi maestro Carlos Pérez en Sunderland (sobre el que escribiré en otra entrada).

Entonces, cuando salgo, suelo seleccionar bastante, mirar mucho antes de aceptar bailar con alguien, y, claro, rechazar mucho también.

Hete aquí que aquella noche en Le Balbultiant, había notado a un chico cuyo baile me parecía bastante bueno: al piso, elegante, tranquilo, al parecer un lindo abrazo.

Esperé a que estuviera solo y sentado y me acerqué para sacarlo a bailar, en francés, por supuesto. Su respuesta:

- Oh, I don't speak French.

Como no sabía si era una excusa para no bailar o si realmente no entendía, le hice la misma pregunta en inglés.

Puso cara de: "Uh, me cagó" y se levantó. Evidentemente, no tenía ganas de bailar, lo cual era perfectamente entendible; suficientes veces me he quejado de los varones que no entienden que "no" es "no". Entonces le dije que si no tenía ganas de bailar, no tenía por qué hacerlo, que estaba todo bien. Me contestó (siempre en inglés):

- En general, siempre digo que no a una mujer que me invita, pero bueno, vamos, me gusta la tanda.

Ahí tuve ganas de ahorcarlo, lisa y llanamente. O sea, pibe, si no soportás que una mujer te saque, ¡decí que no, y dejate de hinchar! Debería haberlo plantado ahí mismo, pero el problema es que encontrar en París a alguien que baile bien el estilo que me gusta es realmente una odisea, y él parecía bailar bien. Entonces puse mi orgullo en mi bolsillo, y fuimos a la pista.

Se puso a bailar con la evidente intención de romperme en dos y de demostrarme que no servía para bailar con Su Majestad. Si bien se acostumbra bailar despacio para un primer tango entre dos desconocidos, para acomodarse al cuerpo y a la energía de la otra persona, él empezó a hacer pasos gigantescos, ir a mil por hora, muchas veces a destiempo. Cuanto más histérico se ponía, más flegmática me ponía yo.

Entre tango y tango, ni una palabra. Al final del tercer tango, abrió la boca, con una sonrisa un poco incómoda:

- Bueno, al final bailás bien.
- ...
- No me lo esperaba.
-...

Lo que hay que soportar para bailar una tanda más o menos decente en París...